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Alcohol y bebida energizante, un cóctel explosivo entre los jóvenes

¿Cuáles son los riesgos de estas bebidas para los adolescentes? ¿Qué pasa cuando las mezclan con alcohol?

Para el investigador en epidemiología psiquiátrica del Conicet, Dr. Hugo Míguez, "las bebidas energizantes son sólo el principio para la adicción a otras sustancias". El riesgo no sólo reside en su toxicidad farmacológica (combinadas con alcohol o con anfetaminas pueden afectar el sistema cardiovascular) sino en la toxicidad del estilo de vida que les están imponiendo a los adolescentes y los jóvenes.

La primera bebida energizante que llegó al país fue de origen austríaco y empezó a venderse en 2001. Son de venta libre en supermercados, quioscos, bares y discos. Actualmente se comercializan bajo los siguientes nombres, la mayoría en latas de 250 ml.

Red Bull
V, de Danone
Black Fire, de Coca-Cola
SoBe Rush, de PepsiCo
Pepsi Kick
Speed

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) clasificó a las bebidas energizantes como “suplementos dietarios”, pero en la actualidad, es de público y notorio conocimiento que, precisamente, no se las consume como tales.

Su venta está prohibida en Francia y Dinarmarca. Venezuela, República Dominicana, Puerto Rico y otros países del Caribe ya están alertando a otras naciones de la peligrosidad de mezclarlas con bebidas alcohólicas.

No podemos considerar estas sustancias como un simple suplemento nutricional, porque sus posibilidades de dañar el organismo son mayores que su valor nutritivo.

Las llamadas bebidas energizantes contienen en términos generales, carbohidratos, cafeína, taurina, proteínas y aminoácidos, vitaminas y minerales, hierbas, creatina, carnitina, triglicéridos, y otras sustancias que, habitualmente no son para el consumo libre.

Entre los aminoácidos, la taurina, presente en nuestro organismo, disminuye por situaciones de estrés o cansancio, por lo cual es necesario restituirla. La vitamina B6 y la cafeína, actúan como estimulantes.

De todos estos componentes, el ingrediente principal es generalmente “la cafeína”, cuyo efecto es estimulante, lo que se encuentra potenciado en sus efectos y duración por otros ingredientes, también con efectos estimulantes, como ginseng y guaraná, entre otros. La cafeína es la que más preocupa. Hay aproximadamente 35 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros de bebida energizante.

Un pocillo de café aporta entre 80 a 175mg según la forma de preparación y el tipo de café.

Producto consumido Contenido de cafeína (mg)
180 ml de café instantáneo 75
180 ml de café molido 80 - 150
180 ml de té 50
250 ml de bebida con cola 40 -50
50 gr de Chocolate 5.5 - 35.5
250 ml de bebida energética 38 - 87



Actualmente los médicos cardiólogos afirman que el riesgo ya aumenta cuando se consumen más de dos latas, ello sobre todo cuando se mezclan con otras sustancias, como alcohol, tabaco, medicamentos o drogas. Estas sustancias son consumidas en forma masiva por nuestros jóvenes y adolescentes, y -lamentablemente- como saborizante de bebidas alcohólicas como el vodka y la ginebra, y es precisamente en esa mezcla donde reside el peligro. Esta combinación puede provocar taquicardia, hipertensión, hiperactividad, arritmias, fallas cardiopulmonares e incluso una muerte súbita. Sus efectos son comparables a los de las drogas, ya que actúa sobre el sistema nervioso central.

En nuestro país, según estimaciones, se consumen actualmente entre seis y ocho millones de unidades de estas sustancias por año principalmente por los adolescentes. A los hospitales de todas las ciudades de nuestro territorio llegan cada vez más jóvenes con infartos, taquicardias, hipertensión arterial, arritmias y alteraciones cardíacas propias de personas mayores de edad, provocadas por el abuso del consumo de bebidas energizantes mezcladas con alcohol.

Así, un informe del Área de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata advierte que en el reporte estadístico, estas sustancias están presentes en más del veinte (20) por ciento de las intoxicaciones alcohólicas agudas graves de los pacientes menores de veinticinco (25) años. Esta situación puede llegar a ser más grave aún en el futuro, ya que este tipo de bebidas se venden en kioscos, supermercados y cualquier negocio, sin restricciones de ninguna clase y a todo público cualquiera sea su edad.

La máxima concentración en la sangre de cafeína se alcanza entre los 30 y 45 minutos de haberla ingerido. A las tres horas ya se ha eliminado la mitad de lo que se ha absorbido y su efecto perece desaparecer. Esta rápida eliminación produce deshidratación por aumento de la diuresis.

Los adolescentes y jóvenes las consumen para estudiar durante la noche, los adultos suelen consumirlas cuando conducen distancias largas, especialmente los que se desempeñan como choferes de autos de alquiler, transportes colectivos, camiones, etc.

Pero el consumo mayor se observa en los boliches, donde los adolescentes y jóvenes las toman alternando con bebidas alcohólicas para aumentar su tolerancia, pues retrasan los efectos depresores del alcohol, ignorando que solo encubren los síntomas de la borrachera no disminuyen efecto tóxico del alcohol. El resultado es un mayor consumo de alcohol, con efectos tóxicos aumentados. Suelen utilizarlas también para no sentir la "resaca" del alcohol.

Los deportistas y los concurrentes a los gimnasios las consumen para aumentar el rendimiento.

Los efectos adversos que pueden originar son: acidez, insomnio, aumento de la presión arterial, aumento de los niveles de glucosa en sangre, convulsiones, arritmias y hasta muerte súbita.

Es necesario promover la diversión sana, sin sustancias que alteren el desarrollo integral de los niños y adolescentes. El consumo de bebidas energizantes entraña un riesgo en si mismo por la conducta mágica que genera alrededor de una sustancia que ”nos ayuda a ser”.


Grupo de trabajo de Adicciones
Sociedad Argentina de Pediatría

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