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Aspirinas y anticonceptivos para cuidar las plantas: ¿Verdades o supuestos?

Para el cuidado de las plantas recomendaciones nunca faltan. Numerosos trucos y recetas caseras circulan asegurando ser eficaces para combatir plagas, dar brillo a las hojas y cuidar la salud de las plantas. La aspirina y los anticonceptivos se suman a la lista. ¿Creencia o fundamento científico?

Una casa con plantas genera un ambiente más agradable y relajante. Jardines, patios, terrazas o interiores se embellecen con sus múltiples colores y atractivos follajes. El verdadero cuidado de las plantas tiene secretos y técnicas que pueden ser transmitidas desde una amplia experiencia o derivan de sólidas investigaciones. En cambio, algunos consejos se sustentan en supuestos sin ninguna validez ni eficacia.

A recetas caseras como leche o cerveza para dar brillo a las hojas, vino como parte del riego y desperdicios de cualquier tipo para incorporar en la tierra, se agrega el medicamento más usado del planeta, la aspirina, y los anticonceptivos, la píldora que revolucionó la sexualidad durante los años sesenta. Es frecuente escuchar que rociar las plantas con agua que contiene aspirina o regarlas con ese preparado mejora su apariencia o trata enfermedades.

El ácido acetilsalicílico -la aspirina- es la forma sintética de una sustancia natural presente en la corteza del sauce. Hace más de una década se descubrió que las plantas, al igual que los animales y humanos, tienen una especie de sistema inmunológico que las protege contra una amplia variedad de virus y bacterias.

Recientemente, científicos del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica, en Colorado, Estados Unidos, descubrieron en forma accidental que algunas plantas –como los nogales- emiten sustancias químicas muy parecidas a la aspirina para mejorar sus defensas y recuperarse de alguna afección. Hasta el momento, los expertos sabían que esta sustancia podía ser producida por las plantas, pero desconocían que podían arrojarlas al aire en forma de gas al sentirse amenazas por sequías o plagas.

En el mismo sentido, estudios realizados por el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) –establecimiento francés científico y tecnológico- revelaron que el algodón elabora una sustancia similar a la aspirina como mecanismo de defensa ante el marchitamiento bacteriano, que ocasiona severos daños a ese cultivo.

Sin embargo, por el momento nada se ha dicho sobre cómo tratar a las plantas con aspirinas. Posiblemente, futuras investigaciones puedan determinar en qué plantas y para qué enfermedades es eficaz el uso del ácido acetilsalicílico.


Anticonceptivos: ¿si o no?
 

Entre los apasionados por la jardinería también circula la creencia de que los anticonceptivos pueden ser utilizados como fertilizantes para que las plantas tengan mayor crecimiento o mejoren la floración. Sin embargo, no hay estudios científicos que validen esa teoría.

Existen ciertas hormonas que se emplean como fitorreguladores –tratamientos para normalizar el crecimiento-. Son productos muy específicos que se utilizan para mejorar la floración y lograr que sea más profusa o para revertir el envejecimiento, como sucede con la enamorada del muro, con la que se evita su desprendimiento. Generalmente, los fitorreguladores son utilizados por productores y viveristas y antes de comprarlos siempre es necesario consultar con un especialista.


Sugerencias verdaderas
 

La luz, el agua y los nutrientes son elementos indispensables para la vida de las plantas. Los componentes nutritivos principales que requieren estos seres orgánicos son el nitrógeno para el crecimiento, el fósforo para la formación de hojas y flores, y el potasio para fortalecer las raíces.

Una forma eficaz de proporcionar esos elementos es preparando un compost,  un fertilizante de origen orgánico que no sólo brinda nutrientes a la planta, sino que además mejora la calidad de la tierra y hasta se puede hacer en forma casera.

Una manera sencilla de obtener un compost es haciendo un pozo en un lugar apartado del jardín e ir intercalando en capas desperdicios verdes –hojas, césped- y restos orgánicos de cocina –cáscaras de verdura, de huevo, yerba, café, etc.-. Finalmente, se incorporan lombrices californianas que descomponen los elementos formando un humus excelente con el cual renovar la tierra.

Un agroquímico puede resolver la carencia específica de un nutriente pero no mejora la calidad ni la estructura de la tierra. Además, siempre es prioritario el uso de materiales orgánicos por sus múltiples beneficios: no generan residuos tóxicos, cuidan el medioambiente y aunque es un proceso más lento, sus ventajas se sostienen en el tiempo.



Asesoró: Carolina Barbero, ingeniera agrónoma, paisajista.
 

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