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Celos: ¿Amor o enfermedad?

“Los celos son traviesos, es mitad falta de sesos y mitad inseguridad” afirma Ricardo Arjona en su canción. Sin embargo, mucho hay alrededor de esta sensación que juega un papel tan importante en las relaciones entre las personas.


¿Qué son los celos?


Los celos representan una respuesta natural ante la amenaza de perder a una persona o la relación con ésta. No se da solamente en relaciones de pareja, sino que puede aplicarse a cualquier ámbito: un hermano, un amigo, un compañero de trabajo. Por supuesto, mucho tiene que ver con la inseguridad que tiene uno sobre sí mismo o sobre la relación que mantiene con alguna persona.


Celos saludables


Se caracterizan por ser una emoción pasajera y con intensidad limitada. Si bien pueden causar dolor a la persona que los padece, no necesariamente resultan en un perjuicio para la relación. Generalmente, se presentan más asiduamente entre la adolescencia y los primeros años de la juventud, aunque nunca desaparecen en forma completa.

Las personas celosas se caracterizan en general por ser inseguras, de baja autoestima y con dificultad para valorarse a sí mismas. Sin embargo, este tipo de celos no debería afectar el equilibrio mental ni el contacto con la realidad.

El temor de perder el afecto de la otra persona genera una sensación de angustia, aunque van disminuyendo la intensidad a medida que la persona va madurando.


Celos patológicos: CELOTIPIA


Cuando los celos nacen como un delirio, como una idea sin argumentos, se puede hablar de “Celotipia”. Tiene que ver con una reacción destructiva por la intensidad con la que se padecen, y pueden llegar a convertirse en los protagonistas de la relación, influyendo en ambos miembros de la misma. Esto se da especialmente en relaciones de pareja, pero pueden presentarse también en relaciones de amistad y laborales, entre otras.

Las discusiones de la pareja se acentúan, generando un malestar que puede llevar incluso a que la persona celosa ponga límites a la libertad de la otra - eje de sus celos -, a seguirla y hasta a agredirla.

Por lo menos un mes debe durar esta sintomatología para ser diagnosticada como una enfermedad, aunque – pese a ser un trastorno crónico – la intensidad de los celos puede ser variable.


Celos en el ámbito social: relaciones de pareja


Los celos tienen que ver también con el aspecto cultural, por un lado está el peligro perder una relación, por el otro, tiene que ver con el prestigio: cómo se verá uno antes los ojos de los demás tras una traición, una cuestión cada vez más popular en la sociedad actual.

En muchos casos, el honor pesa aún más que el amor, y la preocupación principal tiene más que ver con ser juzgados por los demás que con la traición en sí misma. Este sentimiento es peligroso: los celos dentro de una relación pueden ser muy perjudiciales, llevando inclusive al fin de la misma.


¿Cómo enfrentarlo?


En primer lugar, es importante reconocer y asumir esta condición, buscar soluciones para disminuir la angustia que uno puede sentir y reflejar en el otro. Para esto, algunos de los factores que pueden resultar útiles son:

  • Valorar y fomentar las capacidades propias.
  • Buscar actividades que resulten gratificantes personalmente, sin estar sujetas a la persona celada.
  • Evaluar – cuando aparecen los celos – si realmente tienen un motivo de ser y, en ese caso, expresarlos a la otra persona para evitar malos entendidos.
  • Anotar el motivo de los celos en el momento en el que se presentan y evaluarlos luego – en el momento en el que el sentimiento se desvanece -, es un buen ejercicio para entender su origen.
  • Es muy importante que la persona celada esté al tanto de esta condición, charlar del tema abiertamente ayuda a desmitificar los motivos de los celos convirtiéndose en un alivio para ambos.
  • Concentrar las energías en fortalecer la relación en vez de destruirla: trabajar en la confianza, el respeto y el diálogo. Esto puede conseguirse realizando actividades que ambos disfruten. 


Buscar ayuda


Acudir a algún profesional para trabajar en este tema puede resultar muy conveniente, logrando mejorar no sólo las relaciones, sino muchos otros aspectos personales que pueden verse afectados por este sentimiento.

Las relaciones con los demás constituyen el valor más importante de la vida, por eso es fundamental cuidarlas y alimentarlas día tras día. El primer paso es reconocer que algo está funcionando mal y tener la valentía suficiente para poder solucionarlo. Porque como diría Serrat “Así en la guerra como en los celos: sangre, sudor y lágrimas quedan”.


    Asesoro: Rebeca Hillert, Psicóloga Docente de Centro Dos.