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Claves de un parto respetado

Para que un parto sea respetado es necesario contar con instituciones preparadas, profesionales formados bajo la concepción de embarazo y parto respetados y madres informadas y conscientes de su capacidad de gestar y parir.

Recuperar los nacimientos, el protagonismo de la mamá y del bebé, que se respeten los tiempos biológicos en los que se desarrollan el embarazo y el parto, así como los deseos y necesidades de cada mujer en particular es parte de la búsqueda.

El embarazo y el parto no son un enfermedad, sin embargo, desde la institucionalización de los partos, en muchos casos son tratados como tal sometiendo a la futura mamá a intervenciones invasivas e innecesarias (como episiotomía sin justificación, rotura artificial de membranas y/o bolsa, inducciones por necesidad del médico, cesáreas injustificadas desde el punto de vista de la salud perinatal, etc.) que no respetan los tiempos y necesidades de cada mujer y de cada bebé.

Para evitar que esto suceda es necesario un cambio de paradigma social y profesional, que todas las mujeres lleguen al momento del parto informadas, sabiendo y confiando en que su cuerpo está preparado para dar a luz y que el equipo de salud esté para guiarlas de manera respetuosa y amorosa y no para “sacar al bebé”. 

 

Las claves de un parto respetado

 

- En la Argentina el parto respetado cuenta con un marco legal donde se detallan los derechos de la mujer, el bebé y la familia (Ley 25.929 de Parto Humanizado). A ser tratada como persona sana, que se respeten los tiempos bilógicos, a ser acompañada por una persona de su elección (su pareja, un familiar, una amiga, una doula, etc.), a que se le explique todo lo que va sucediendo durante el trabajo de parto y a que pueda hacer todas las preguntas que ella considere necesarias, son algunos de los derechos que abogan por el empoderamiento de la mujer en un momento tan especial como el nacimiento de un hijo.

- Un parto respetado no necesariamente es sinónimo de parto sin intervención alguna. Así como la mujer tiene derecho a elegir, por ejemplo, si desea o no la peridural, también tiene derecho a ser informada y dialogar con el equipo de salud ante la necesidad de cualquier tipo de intervención. Que se trate de un parto intervenido por razones justificadas no implica que deje de ser respetado para la mamá y el bebé. 

- El bebé también tiene derechos: a ser tratado como persona sana, a que no se ejerzan sobre él intervenciones innecesarias, al contacto piel con piel con su mamá ni bien nace (siempre que sus condiciones de salud lo permitan), a poder permanecer cerca de su mamá y su familia durante la internación y, en caso de que necesite estar en neonatología, que pueda permanecer el mayor tiempo posible con su familia, entre otros.

- “Silencio, mujer pariendo, bebé naciendo”: hace unos años, este fue uno de los lemas de la Semana de Parto Respetado. Es que el silencio es primordial para que la mamá pueda conectarse con sus sensaciones y con su naturaleza. Sin embargo, en muchos casos, durante el parto no solo intervienen muchas personas sino que es normal escuchar frases desafortunadas y hasta agresivas hacia la mamá. A veces, simplemente basta con quedarse en silencio y apoyarla en ese momento tan crucial en la vida. La mujer sabe lo que tiene que hacer y solo necesita apoyo amoroso y contención. Saber guiarla es trabajo del equipo de salud.

- Para lograr que todos los partos sean respetados,  las instituciones o maternidades deberían contar con una infraestructura donde la mujer pueda llevar a cabo el trabajo de parto, parto y posparto inmediato bajo los conceptos de un “parto respetado” (posiciones y movimientos libres, contar con un acompañante que ella desee, intimidad, etc.). Si bien en la Argentina hay maternidades que se construyeron bajo este concepto, no se trata solo de contar con el espacio adecuado sino también con un equipo de salud perinatal preparado para este tipo de atención.

- Los beneficios de un parto respetado son incontables. No solo cambia la forma de nacer de un ser humano, con todo lo que esto significa, sino que una mujer que vivió un parto respetado es capaz de conectarse mejor y más rápido con su hijo y con su nuevo rol de madre. En cambio, un parto que no fue respetado no solo puede dejar heridas físicas sino también psicológicas, conllevando conflictos emocionales que puede llevar un tiempo sanar y pueden afectar a la familia en general.


Asesoró: Lic. Miriam Liliana Olaizola, obstétrica
Directora de Parto y Movimiento Argentina,
referente de Parto Humanizado en el
Hospital Italiano de Buenos Aires

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