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Ejercicios de Kegel: claves para la salud y la sexualidad femenina

Los ejercicios ideados por el doctor Arnold Kegel son un método para fortalecer la musculatura de la zona genital. Con una rutina de ejercitación sencilla y realizable en cualquier lugar, se puede lograr relaciones sexuales más placenteras y controlar la incontinencia urinaria, un trastorno frecuente en las mujeres.

A Arnold Kegel, ginecólogo y obstetra norteamericano, le preocupaba la incontinencia urinaria (pérdida involuntaria de orina) que padecían algunas mujeres después del parto. Así fue que, en 1948, publicó un ensayo en donde daba a conocer el tratamiento que utilizaba con sus pacientes: una serie de ejercicios para tonificar los músculos del canal vaginal con los que lograba resultados eficaces para tratar y prevenir este trastorno.

Los ejercicios de Kegel consisten en aprender a contraer y relajar los músculos del suelo pélvico, un grupo muscular ubicado en la parte inferior de la pelvis –entre el hueso púbico y el coxis- que dan apoyo y sostén a los órganos de la parte baja del abdomen: la vejiga, el útero y parte del intestino.

El objetivo es aumentar la fuerza y resistencia de estos músculos y prevenir los trastornos más frecuentes por debilitamiento del suelo pélvico: la incontinencia urinaria y el prolapso (el descenso de los órganos). Los factores que distienden los músculos son diversos: embarazos, partos, menopausia –por la disminución de los estrógenos-, obesidad, incluso algunos hábitos como retener la orina, utilizar prendas apretadas o realizar un deporte de impacto con excesivo esfuerzo abdominal.

Con el tiempo, esta técnica se extendió al campo de la sexualidad, al observar que, controlando voluntariamente los movimientos de estos músculos que rodean el canal vaginal, se estimulan terminaciones nerviosas y se obtiene una mayor sensibilidad, logrando relaciones sexuales más placenteras. En los hombres, la práctica de la gimnasia sexual por parte de sus parejas les permite prolongar la erección al aumentar el riego sanguíeno y controlar mejor la eyaculación.

Si bien estos ejercicios son sencillos, en ocasiones, la dificultad se encuentra en identificar cuáles son los músculos del suelo pélvico. Una manera de detectarlo es interrumpir el flujo de orina durante la micción. Si se logra, se está contrayendo los músculos del suelo pélvico. Otro modo de reconocimiento es introducir un dedo en la vagina e intentar apretarlo con los músculos que lo rodean. Si se siente presión sobre el dedo, son los músculos correctos.

Se debe evitar contraer al mismo tiempo el abdomen, caderas o glúteos durante la práctica y concentrar la presión sólo sobre la musculatura del suelo pélvico, realizando los ejercicios en forma relajada y sin contener la respiración. Si luego de la ejercitación se siente dolor de espalda o abdominal significa que no se están trabajando los músculos correctos.

Una vez identificado el grupo muscular, se puede comenzar los ejercicios con una rutina básica:

1- Contraer los músculos del suelo pélvico y mantenerlos contraídos contando hasta diez.
2- Relajar la musculatura y contar hasta diez.
3- Realizar 10 ejercicios en tres momentos diferentes del día.
4- Es conveniente realizar la ejercitación en diferentes posiciones: acostada, sentada, de pie para fortalecer mejor los músculos.

Los cambios comienzan a notarse –siempre con una práctica regular- recién después de 4 ó 6 semanas de ejercitación, aunque puede llevar algunos meses obtener resutados más efectivos. Una ejercitación más acelarada aumentando la cantidad o la frecuencia no es aconsejable, la práctica en exceso puede provocar fatiga muscular. Siempre antes de comenzar, es necesario consultar a un especialista para obtener una información adecuada.

Además de prevenir y tratar la incontinencia urinaria y evitar el prolapso, los ejercicios de Kegel también ayudan a recuperar la tonicidad de los músculos vaginales después del parto y practicados antes facilitan el trabajo de parto porque proporcionan fuerza y elasticidad a la zona, evitando desgarros. Con constancia, poca dedicación y en cualquier situación (manejando o esperando el colectivo), estos ejercicios son una práctica beneficiosa para la salud y la vida sexual.

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