Pasar al contenido principal

El bebé en casa: ¿cómo vuelvo a ser yo misma?

Lo miramos y no deja de sorprendernos. Sin embargo, necesitamos recuperar algo de lo que teníamos, para ver si nos encontramos con algo de lo que éramos. Aún no lo conocemos demasiado, pero tampoco nos reconocemos demasiado...

Ya está. Aquí está. No es como imaginamos, pero es nuestro hijo. Nos parece mentira. Lo miramos y no deja de sorprendernos. Tenemos miedo de despertar en la próxima mamada o para cambiarle el pañal y comprobar que todo fue un sueño.

Adoramos su olor y los halagos que le hacen todos lo que sin traerle ni oro ni incienso ni mirra vienen a visitarlo. Sin embargo, y aunque cueste amalgamar ambas sensaciones, por momentos nos gustaría despertarnos y comprobar que todo fue un sueño.

Necesitamos recuperar algo de lo que teníamos, para ver si nos encontramos con algo de lo que éramos. Aún no lo conocemos demasiado, pero tampoco nos reconocemos demasiado...

Nos resulta incoherente sentir tanta algarabía y por momentos tanta decepción, tanto agotamiento... Nuestro cuerpo es como si fuera de otro, el espejo nos confunde... la responsabilidad nos asusta. Nuestro pareja,, tampoco es la de antes, le pasaron otras cosas, no tuvo al bebé en la panza pero a su manera lo gestó y lo esperó y ahora no sabe bien qué hacer con él, cómo es esto de ser padres. La vida se revoluciona. Nos peleamos más que antes, parece que por pavadas, pero intuimos que algo fuerte subyace y queremos reconquistar el equilibrio. No nos gusta sentirnos culpables. Nos confunde pensar por momentos que estamos como arrepentidos.

Para volver a ser uno mismo hay que darse un tiempo. No tiempo para esperar, sino para actuar, crecer, probar, disfrutar, sufrir, llorar como marranas o reír cacareando como gallinas.

Confíen en que el milagro ocurrirá y serán en algún momento, no iguales, porque es imposible luego de tamaña aventura, pero sí parecidas, con espacios personales enriquecidos y valores aumentados. Paciencia. Respeto por el ritmo propio. Todo encontrará el ritmo adecuado, a no desesperar. Si necesitan ayuda pídanla y aprovechen para crecer con esta oportunidad que les da la vida.
 

Lic. Adriana Penerini
Psicóloga

 

Parto y Lactancia Postparto y puerperio