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Manchas de nacimiento

Al nacer, muchos bebés presentan manchas de nacimiento. En algunos casos pueden desaparecer con el tiempo y en otros permanecer o crecer con los años.

La mayoría de los recién nacidos tienen alguna marca o mancha temporal que desaparece a medida que se adaptan a la vida fuera del útero. En el caso de las manchas de nacimiento, pueden aparecer al nacer o después y se dividen en dos tipos principales: vasculares (generalmente de color rojo, rosado o púrpura), y pigmentadas (de color café con leche, grisáceo, etc.).

Estas manchas de nacimiento, que por lo general son inofensivas, no se pueden prevenir ni se producen por algo que se haya hecho o no en el embarazo. Aunque comúnmente se las llame “antojos”, es un mito que estas manchas en el bebé sean resultado de los antojos no satisfechos de la futura mamá o de cosas que haya comido, y su origen suele desconocerse.

Algunas pueden ser hereditarias (aunque no es la más común) y no tienen ninguna relación con traumatismos de la piel en el parto.

En algunos casos desaparecen solas o se van achicando o aclarando con el tiempo. Pero como a veces pueden estar asociadas a problemas de salud, es importante que el médico las revise y evalúe si requieren algún tipo de seguimiento o estudio.

 

Tipos de manchas de nacimiento

 

  • Manchas de nacimiento vasculares


Se producen cuando los vasos sanguíneos no se forman bien en esa zona, cuando hay demasiados o cuando son más anchos de lo normal. Entre las manchas de nacimiento vasculares se encuentran los tumores (se denominan así porque la palabra tumor significa "bulto", sin tener ninguna relación con el cáncer, al que suele asociarse esa palabra) y las malformaciones vasculares.

- Malformaciones vasculares: las denominadas mancha salmón son el tipo de manchas vasculares más comunes. Antes llamadas angiomas planos, estas manchas de color rojo tenue, por lo general se ubican en la frente, en los párpados, en la parte posterior del cuello, en la nariz, en el labio superior o en la parte posterior de la cabeza. Pueden hacerse más evidentes cuando el bebé llora o se enoja o cuando hay cambios de temperatura y, por lo general, desaparecen solas a los 2 años de edad, aunque algunas pueden permanecer hasta la adultez. 

mancha de nacimientoMancha salmón. Imagen de Wikimedia

Dentro del grupo de malformaciones vasculares capilares se encuentra la mancha tipo "Vino de Oporto": estas manchas del color del vino tinto (moradas o color fresa) pueden ser de cualquier tamaño y crecen a medida que el niño va creciendo. Por lo general, se encuentran en el rostro, el cuello, los brazos o las piernas.

Estas manchas se van oscureciendo con el tiempo y pueden engrosarse e incluso parecer pequeñas piedras al llegar a la adultez. No desaparecen por sí solas. Si se encuentran en la zona que rodea los ojos, deben evaluarse porque pueden comprometer al ojo y al sistema nervioso.

- Tumores benignos o “bultos”: dentro de este grupo están los hemangiomas. Son manchas rugosas y con relieve. Pueden ser pequeñas y poco perceptibles o más grandes. Crecen con rapidez durante los primeros 6 meses de vida, aproximadamente, pero luego suelen encogerse y desaparecen entre los 5 y 9 años de edad. La mayoría se encuentra en la cabeza o en el cuello, aunque pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo y a veces causar complicaciones si su ubicación interfiere con alguna función como la vista, la alimentación, etc.

Los hemangiomas se dividen en:

- Superficiales: cuando aparecen en la superficie de la piel. Suelen ser del color de las fresas.

- Profundos (a un nivel más profundo de la piel): pueden sobresalir y ser de un tono rojo brillante o de color azulado. A veces no se notan hasta pasados unos días o semanas del nacimiento.

En algunos casos, en especial si son grandes, pueden dejar una cicatriz cuando entran en remisión que puede corregirse con una cirugía plástica menor.

mancha de nacimientoHemangioma superficial 

mancha de nacimientoHemangioma profundo

  • Manchas de nacimiento pigmentadas


Se originan por el crecimiento excesivo o deficiente de las células encargadas de producir los pigmentos de la piel. Las más comunes se dividen en manchas color café con leche, manchas grisáceas, azuladas o mongólicas y lunares:

- Manchas color café con leche: pueden encontrarse en cualquier parte del cuerpo y a veces se reproducen a medida que el niño va creciendo. Suelen hacerse más pequeñas a medida que el niño crece, aunque también pueden oscurecerse si se las expone al sol.

- Manchas mongólicas, azuladas o grisáceas: por lo general se encuentran en la espalda o en los glúteos. Son más comunes en pieles oscuras, como por ejemplo en niños de ascendencia africana, asiática, nativa estadounidense, hispana o del sur de Europa. Suelen desaparecer en edad escolar sin necesidad de tratamiento, aunque puede suceder que en algunos casos permanezcan en el tiempo.

- Lunares o nevos: si bien la mayoría de las personas tiene algún lunar, los que se observan al nacer se llaman nevos congénitos o lunares de nacimiento y duran toda la vida. Pueden ser lisos o con relieve, oscuros, tostados o marrones, y tener o no pelo.

- Manchas hipocrómicas: manchas más claras que el color de la piel. Pueden ser únicas u ocupar grandes superficies de la piel.

¿Cuándo consultar al médico?


Ni bien nace el bebé, o aparece la mancha, el médico debe evaluarla para determinar de qué tipo es y si es necesario controlarla o indicar un tratamiento. Aunque por lo general este tipo de manchas son inofensivas, hay casos que requieren observación.

En el caso de las manchas pigmentadas color café, es conveniente analizarlas si el bebé o niño pequeño tiene varias más grandes que 0.5 cm o, en el caso de un niño más grande, mayores a 1.5 cm. Porque estas manchas, en cantidad, pueden ser síntoma de Neurofibromatosis (un trastorno genético que produce el crecimiento anormal de las células de los tejidos nerviosos).

Si la mancha de nacimiento sangra, duele, pica o se infecta, es importante consultar al médico. En el caso de que sangre, al igual que con otra lesión, se recomienda limpiar la herida con agua y jabón, vendarla con gasa y hacer presión en la zona hasta que se detenga el sangrado. Si no se detiene, concurrir al médico enseguida.

Los lunares deben ser controlados toda la vida en caso de que cambien de tamaño, color o textura, algo que puede ser normal, aunque también puede ser signo de melanoma o cáncer de piel.

 

Tratamiento de las manchas de nacimiento


Dependiendo del tipo de mancha, de si desaparece o no con el tiempo y de si causa o no problemas en el niño, se puede hablar con el médico de la posibilidad y la conveniencia de tratarla.

En el caso de las manchas “vino de oporto”, el tratamiento más común es el laser.

Para los hemangiomas, si son pequeños se pueden tratar con cremas tópicas. En los hemangiomas grandes, que comprometen funciones vitales por su ubicación o que producen deformaciones estéticas importantes, existe un tratamiento con una medicación oral en particular.

Para decidir estos tratamientos es importante consultar con el dermatólogo infantil que es el que tiene mayor experiencia en estos casos.

También es importante realizar la consulta precozmente, ya que el mejor momento de respuesta al tratamiento es la fase de mayor crecimiento del hemangioma, que sucede en las primeras semanas.

Por eso es importante el control con el pediatra de cabecera que es el que va a decidir a quién derivar y el momento oportuno para hacerlo.

 

¿Cómo ayudar al niño a convivir con sus manchas de nacimiento?


Aunque se suele tener la imagen del bebé “perfecto”, sin una sola marquita y con una piel impecable, las manchas de nacimiento son más comunes de lo que se imagina.

Si se trata de manchas muy evidentes, es posible que familiares u otras personas hagan preguntas al respecto o las miren mucho. Por lo general no lo hacen con mala intención, pero es importante hablarlo con ellos para que el niño no se sienta un “fenómeno” y para naturalizarlas: todos somos distintos y la mancha de nacimiento es una característica más, como el color de pelo, de ojos, etc.

Hablar abiertamente de la mancha de nacimiento con los niños ayudará a que la acepten como algo natural y a que, llegado el momento, no sientan vergüenza si algún niño se burla o un adulto le pregunta. Incluso pueden elegir juntos una respuesta para las clásicas preguntas del tipo: “¿Qué te pasó aquí?, ¿te golpeaste?”. El niño puede responder simplemente: “Es una mancha de nacimiento”.


Asesoró: Dra. Marisa Jaitt, pediatra

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