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Masajes para el bebé prematuro

El masaje infantil ofrece una manera agradable, intensa y bonita de establecer una comunicación táctil con el bebé, donde también intervienen otros estímulos enriquecedores como la voz, las miradas, y sobre todo este gran envoltorio emocional que es la ternura, el afecto, el amor incondicional.

Si el bebé no tiene asistencia mecánica para su respiración, su ritmo cardíaco y respiratorio son lo suficientemente estables y no tiene signos de infección o temperatura, puede recibir caricias maternales. Es un pequeño masaje cuyos movimientos tienen que ser suaves, sin brusquedad, con calma, con ternura.

¿Cómo hacerlo?

 

  • Es necesario estar relajado.
  • Calentarse las manos y colocarse unas gotas de aceite de almendras.
  • Acostar al bebé boca abajo.
  • Masajear suavemente los muslos, la espalda y descender hasta las manos.
  • Masajear la palma de la mano doblada en forma de cuña.
  • Todo mientras se le habla con voz suave y dulce.


Pero es importante observar bien al bebé. Si se perciben síntomas de estrés se debe interrumpir el masaje, no hablarle, no buscar su mirada. Dejarlo reposar sobre el pecho o introducirlo en la incubadora. Si está dentro de ésta, dejar la mano sobre él, sin hablar.

 

El masaje infantil*


El masaje infantil ofrece una manera agradable, intensa y bonita de establecer una comunicación táctil con el bebé, donde también intervienen otros estímulos enriquecedores como son la voz, las miradas, y sobre todo este gran envoltorio emocional que es la ternura, el afecto, el amor incondicional que hacen que el niño pueda crecer con seguridad, aceptación, autoestima y autonomía, y al mismo tiempo favorece todos los procesos de aprendizaje.

El masaje no favorece solo al niño sino también a los padres que lo realizan, ayudando a establecer y a enriquecer unos vínculos afectivos, base para las actuales y futuras relaciones padres-hijos. Algunos de los beneficios del masaje infantil son:

Fisiológicos: ayuda a madurar el sistema nervioso, ayuda a madurar, estimular y regular el sistema gastrointestinal, disminuyendo las incomodidades provocadas por los cólicos y gases. Estimula y regula el sistema respiratorio, inmunológico, circulatorio, hormonal y linfático. Tonifica la musculatura.

Relajación: ayuda al niño a encontrar una vía de salida para el estrés que acumula durante el día. Ayuda al niño a relajarse deshaciendo las pequeñas tensiones que su cuerpecito empieza a guardar ya desde muy pequeño.

Emocional: Refuerza los vínculos entre padres e hijos (o las personas más cercanas al niño), estimulando la comunicación, la escucha mutua, y la expresión del lenguaje corporal, que tanta información nos da del bebé, y a él/ ella de nosotros.

*Texto enviado por AEMI -Asociación Española del Masaje Infantil

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