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Niños bilingües

Muchas personas viven en países donde se habla otro idioma que no es el de su lengua materna. ¿Qué sucede con los hijos de estas familias? ¿Se les debe enseñar los dos idiomas?

Muchas personas viven en países donde se habla otro idioma que no es el de su lengua materna. ¿Qué sucede con los hijos de estas familias? ¿Se les debe enseñar los dos idiomas?

Desde el punto de vista cognitivo, psicológico, social y cultural lo ideal es que los niños aprendan la lengua materna de sus padres en sus casas y adquieran el idioma local en el jardín, guardería, escuela, etc.

Allá por los 70 los especialistas recomendaban lo contrario, explicaban que era necesario aprender primero una lengua para luego introducir la segunda, de lo contrario se suponía que ninguna de las dos se aprendía bien. Inclusive para las familias que se iban al extranjero recomendaban primero que los padres aprendieran muy bien ese idioma y luego lo introdujeran en su casa.

Hoy se sabe que es todo lo contrario, neurológicamente el ser humano a lo largo de la primera infancia selecciona los fonemas (unidad de sonido mas corto) y desecha los que habitualmente no utiliza. La posibilidad que tienen los hijos de estar insertados en una cultura diferente les posibilita incorporar otro modo de comunicarse, una nueva forma de pensar que cada lengua presupone, enriquece su personalidad e intercambios sociales. Según las edades de los niños distinguirán las dos lenguas y se adaptarán a utilizar adecuadamente la lengua según el ambiente. Desde una perspectiva psicosocial al elegir como modo de comunicarse entre los miembros de la familia la lengua materna y elegir que aprendan su nuevo idioma en la escuela y en la calle, consciente e inconscientemente se trasmite cuál es lo propio y lo ajeno, valores sociales y culturales propios de la identidad familiar. 

Educación y estimulación