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Nuestro Clítoris, centro clave del placer sexual

1- ¿Qué es y para qué sirve nuestro clítoris?

El clítoris sirve para el placer sexual; es el centro y el disparador del orgasmo femenino; la vagina, en cambio, está preparada para poder ensancharse y parir, por lo cual es mucho menos sensible y está menos inervada. El clítoris es más complejo de lo que se ve superficialmente. Se trata de una estructura encapuchada, formada por tejido eréctil, que actúa como una gran esponja que se llena de sangre con la excitación. En esta situación, aumenta de tamaño, llegando a ser con la estimulación, 30 veces mayor a su parte visible.

Sus estructuras rodean y se extienden alrededor de la vagina. Está compuesto por dos cuerpos cavernosos y un tejido semejante al del glande masculino. Sólo podemos mirar y tocar la cabeza, parte del cuerpo y el capuchón de piel que lo recubre, representando esa parte visible sólo un 30% del total. También podemos palpar su cuerpo o crura que se prolonga hacia arriba hasta el hueso del pubis. Los cuerpos esponjosos que forman parte del clítoris se congestionan y se llenan de sangre durante la etapa de excitación, su cuerpo crece, se injurgita, avanza y retrocede dentro del capuchón que lo recubre. Si durante la estimulación se produce alguna situación displacentera el clítoris resurge de su prepucio.

Resulta verdaderamente sorprendente que en una tribu de la Polinesia se usen 16 sinónimos para la palabra clítoris. ¿Qué habrá pasado para que en esa cultura esta palabra tenga tal cantidad de sinónimos?. En castellano, en cambio, una sola palabra científica y de uso común designa esta preciosa parte de la anatomía femenina. Obviamente la respuesta es una sola: el uso. Parece que los polinesios usan más este órgano y por lo tanto hay más palabras para designar lo mismo.

2-¿Saben, todas las mujeres, qué es, para qué sirve, cómo sacarle provecho?

Es indudable que las experiencias que tenemos a medida que vamos creciendo influyen sobre nuestros sentimientos y sobre nuestras actitudes hacia el sexo y hacia nuestro propio cuerpo. Desde que nacemos aprendemos cosas sobre el cuerpo y al llegar a la adultez hemos aprendido a reconocer sus señales para el hambre, el dolor y la fatiga y a tener cierto control sobre ellos. Sin embargo, frecuentemente sabemos muy poco de nuestro funcionamiento sexual, y no nos sentimos capaces de controlarlo.

El clítoris se mantuvo - hasta no hace mucho tiempo - "en secreto"; de hecho, la mayoría de los libros de educación sexual sólo señalaban la vagina. De acuerdo a mi experiencia clínica la mayoría de las mujeres desconocen como estimularlo; muchas lo llegan a saber y a experimentar luego de varios años de experiencia sexual, desinhibición y autoconocimiento.

Las influencias psicológicas, culturales y de educación pueden facilitar o inhibir la experiencia erótica. De hecho, la falta de preparación y estimulación adecuada aparece como la causa de la mayoría de las dificultades sexuales de las mujeres.


3- Sugerencias para que el varón acaricie ese órgano tan delicado:

Acaricien lentamente el clítoris, no olvidando las zonas situadas alrededor; acariciarlo no es frotarlo pues el frote, puede irritar. El movimiento más apreciado por las mujeres es en general un movimiento circular alrededor del clítoris, o un movimiento de vaivén de arriba hacia abajo. El ritmo de las caricias debe ser constante, sin pararse; no se debe entonces cambiar de mano o de dedo durante las caricias. Este ritmo se acentuará conforme se acercará la mujer del orgasmo.

El dedo medio y el dedo índice son los dedos preferidos para las caricias clitoridianas. Un poco antes del orgasmo, el clítoris se retracta bajo la capucha, y ya no se  lo puede percibir bajo el dedo, pero el hombre tiene que seguir acariciando el mismo sitio, al mismo ritmo, sin buscar el glande, para que no se rompa el tempo que llevará a su pareja hasta el orgasmo.

Durante el orgasmo, hay que seguir acariciando a su pareja aunque cierre las piernas. Interrumpiendo solamente si ella se lo pide.

Pero siempre recordar que cada mujer es diferente, así que es necesario dejarse guiar por su pareja que puede indicarle lo que más le gusta: más suave, más fuerte, más rápido, más arriba, más abajo. Por eso, la comunicación es muy importante: si no preguntan no pueden saber de que manera le gusta a ella. Los varones tienen que vencer la idea equivocada de que tienen que saberlo todo sobre sexo, al contrario, preguntar es ser un amante preocupado por el goce de ella y como consecuencia un buen amante.

Anticoncepción