¿Puede ser que mi bebé tenga caspa?

Notar unas costras o cascaritas amarillentas y ásperas en la cabecita del bebé recién nacido puede ser preocupante para los padres, aunque, para su tranquilidad, en realidad no es algo que deba alarmarlos sino que se trata de la llamada costra láctea o dermatitis seborreica del lactante.

Esta es una afección inofensiva que en algunos bebés se presenta en pequeñas zonas de la cabeza y en otros puede cubrir todo el cuero cabelludo y zonas como el pliegue de la nariz, las cejas, las pestañas, la zona detrás de las orejas, etc.

¿Por qué se produce?
En su producción influye un exceso de producción de grasa en glándulas sebáceas y también la presencia de un hongo llamado malazzezia.


¿Debo preocuparme?
Salvo que venga acompañada por agrietamiento de la piel o secreciones, la costra láctea no es algo que requiera tratamiento. En casos graves o persistentes el pediatra puede llegar a recetar un shampoo especial o algún otro producto, sin embargo, no suele ser algo que se agrave o permanezca durante mucho tiempo.

¿Cómo se trata la dermatitis seborreica?
Para tratarlo, una de las cosas que ayuda es masajear el cuero cabelludo del bebé con un poco de aceite de almendras, que ablanda las cascaritas, y luego enjuagarle bien la cabecita hasta retirar todo el aceite usando un shampoo suave.

En caso de que se presente en el cuerpo hay que bañarlo con jabón neutro y consultar con el médico por alguna crema que ayude a quitar las cascaritas.

Por lo general, la dermatitis seborreica del lactante desparece con el tiempo, aunque hay casos en los que puede volver a aparecer. 

¿Le causa dolor o molestias la bebé?
La costra láctea no suele molestar para nada al bebé a menos que la zona donde la tiene se irrite o presente enrojecimiento o calor. Si esto ocurre, hay que consultar con el médico porque puede ser que se haya infectado.

Asesoró: Dra. Marisa Jaitt, pediatra