¿Qué hacer cuando un chico no quiere leer?
Cuando un niño se muestra reacio a la lectura, puede haber varias razones en juego.¿Cómo motivar a los niños que no quieren leer?
Cuando un niño se muestra reacio a la lectura, puede haber varias razones en juego: puede ser que los libros que tenga a mano no sean adecuados a sus habilidades como lector (demasiado complejos o demasiado simples); puede ser que los temas de los libros que tenga a su alcance no sean de su interés; puede ser que no tengan el ejemplo de sus padres leyendo; que no le lean o no le hayan leído en voz alta lo suficiente; puede ser que no tenga libros a su alcance y/o que no tenga oportunidades para estar en contacto con textos y para poder elegirlos.
Indagar en las causas por las cuales un chico es reacio a la lectura permitirá ir encontrando respuestas y armando estrategias para ayudarlo a acercarse a los libros.
Algunas propuestas de la Fundación Leer para motivar a los chicos que no quieren leer son las siguientes:
- Prestar atención a los temas que a este niño le apasionan: los deportes, la vida al aire libre, los animales, el automovilismo, la construcción, la cocina, etc. Hay libros sobre todos los temas y centrarse en ellos puede ser un buen comienzo para, más adelante, ir ampliando el espectro temático.
- Poner a su alcance todo tipo de libros o revistas referidas a las temáticas de su interés.
- Usar Internet para explorar estos temas junto al niño.
- Buscar juntos en el diario las noticias o la agenda de programas, series o películas que le interesan y leerlas juntos.
- Llevarlo a una librería o biblioteca para tratar de encontrar libros o revistas de estas temáticas. Nunca hay que obligarlo a comprar, puede sólo mirar si no le interesa nada. Ya va a querer llevarse alguno a casa.
- Si el niño tiene dificultades para leer textos complejos, compartir la lectura con él. Así, el adulto estará no sólo modelando frente a este niño el acto de leer, sino que además, estará compartiendo con él un momento agradable, lo cual contribuirá a cambiar su percepción con respecto a la lectura.
Muchos chicos rechazan la lectura por su incapacidad para leer fluidamente y sienten que en lugar de estar cerca de los libros y la palabra escrita, cada vez que abren un libro, se quedan fuera de él. Por eso es fundamental el rol de los padres que pueden leer con ellos, seleccionar textos adecuados a sus intereses, necesidades y posibilidades.
Así, con estrategias simples, con la compañía de sus padres y sin obligaciones ni presiones, los chicos irán, lentamente, enamorándose de los libros y encontrando placer en la lectura.
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