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¿Qué hacer si a tu hijo no le gustan los deportes?

Todos sabemos lo importante que es para la salud el hecho de realizar actividad física; sin embargo, hay chicos que no quieren saber nada con los deportes. ¿Cómo incentivarlos?

Con los más chiquitos


¿Existe algún chico al que no le guste jugar? Y ni hablar si un adulto significativo, como sus papás, hermanos, compañeros o maestros lo acompaña. La etapa previa al deporte, la que sienta las bases del mismo es, sin duda, el juego, y por eso es tan importante que los chicos incorporen el movimiento a través del juego desde bien chiquitos.

Llevarlos a la plaza más cercana para que corran, trepen y usen los juegos que haya, jugar con distintos elementos –pelotas, sogas, aros, etc.-, proponer una “mancha”, una carrera, llevar el triciclo y más adelante la bicicleta, etc. no tiene beneficios solo en el momento (relacionados con el movimiento y con el vínculo afectivo con el adulto) sino también a largo plazo.

Lo ideal es que desde edades muy tempranas jueguen y desde allí vayan tomando las herramientas para después acercarse a un deporte.

El deporte cuando van a la primaria


Si un chico está a disgusto en la clase de Educación Física, los padres tienen que tratar de analizar, junto con el profesor y/o tutor, a qué se debe el “disgusto” y ver si el tema no tiene más que ver con cansancio, problemas con los compañeros, vergüenza por no ser el más hábil, por su aspecto físico, etc. y a partir de este análisis, buscar la manera de solucionar el inconveniente. La premisa debería ser: “Si no sos el más hábil, igual participá, no tenés que ser el mejor para poder jugar, ni el más lindo para ponerte la malla y disfrutar la pileta”.

Tratar de comprender antes que obligar es una premisa que, como padres, deberíamos tener en cuenta siempre. Además, también hay que saber que si el deporte se asocia al disgusto y a algo que se hace bajo presión, probablemente se esté abonando una antipatía que va a acompañar al niño durante toda la vida.

Hoy en día, los chicos que crecen en la ciudad no tienen la posibilidad de conocer el amplio abanico de actividades deportivas que pueden desarrollar (por invasión de información y/o entretenimientos a través de distintas opciones de pantallas, falta de tiempo de los adultos a cargo, falta de incentivo hacia la actividad física por parte de los padres, pocas ofertas cercanas de clubes o centros deportivos, etc.). Ésta es una de las posibles razones que hace que los chicos pierdan o no tengan interés por los deportes.

No obstante, las opciones de movimiento que comprenden el universo de la actividad física no terminan en las actividades deportivas, ni en las propuestas de la escuela, hay otras opciones: escuelas de baile, de danza, de murgas, de circo, etc. pueden ser muy interesantes como propuestas de movimiento.

Además, hay que chequear que el aspecto lúdico esté siempre presente, cuando se trate de actividades para chicos, que el lugar sea seguro y agradable, y a partir de ahí, acompañarlos en una etapa de exploración y dejarlos probar (y abandonar) las distintas actividades.

Llevarlos a un lugar donde vayan con algún amigo también puede ser un gran incentivo a la hora de entusiasmarlos con alguna actividad.

Y con los adolescentes, ¿qué hacemos?


Si un adolescente todavía no se “enganchó” con ningún deporte y plantea que no le gusta realizarlos, la sugerencia es, como padres, no presionarlos, ya que esta es una etapa de crítica a la mayoría de las opiniones y sugerencias de los adultos y solo lograríamos que se aferre más a su posición. En este caso, una solución posible es predicar con el ejemplo más que con las palabras.

Por último, siempre hay que recordar que: “Los juegos tienen edad de inicio pero no de fin”. Así que, anímense a jugar con los chicos y/o compartir sus actividades.


Asesoró: Adrián López, Profesor de Educación Física

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