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Regalos: ¿cómo enseñarles a nuestros hijos a valorar lo que reciben?

Cumpleaños, Día del Niño, Navidad, Reyes Magos...: para los chicos, una nueva fecha para recibir un regalo, para los padres, una oportunidad para enseñarles a valorar lo que reciben y lo que tienen.

Nada más lindo que pensar en un regalito para un hijo, encontrarlo y ver su cara de ilusión al recibir el paquete y esa sonrisa de felicidad al comprobar que es lo que tanto esperaba. Y esto suele suceder cuando generamos, alrededor de los regalos, toda una expectativa previa, una espera que lleva a que los más chicos puedan valorar eso que tanto desearon.

El Día del Niño, los cumpleaños, Navidad o alguna otra celebración que implique regalitos son una buena oportunidad para enseñarles la importancia de valorar y agradecer aquello que reciben. Porque lo divertido, lo fundamental, no es tanto el objeto en sí (con el que muchas veces jugarán tan solo un rato), sino lo que se construye a su alrededor.

Que los niños piensen en el regalo como un proyecto, algo que esperan, añoran, que necesitan, que saben que va a venir, es una manera de darle la entidad de un hecho relevante, es decir, de convertir un objeto en algo más que eso.

Cuando, en cambio, hay una continuidad de regalos y frente a cualquier situación permanentemente se les compra algo, puede suceder que pierdan esa posibilidad de experimentar la anticipación, la ilusión por lo que vendrá, porque al fin y al cabo están acostumbrados a no tener que esperar por lo que quieren.

Valorar viene de la mano de desear, pero cuando la vida está “tapada” de objetos y de pedidos satisfechos constantemente no hay lugar para el deseo, por ende, hay menos oportunidades para aprender a valorar.

Si un niño desea tanto algo y lo pone muy feliz llegar a obtenerlo, la gratificación se verá reflejada en esa sonrisa al abrir el paquete y en esa seguridad de que finalmente sus padres cumplieron con lo prometido; y los padres pueden aprovechar esta ocasión para mostrarle lo orgullosos que están de que haya podido esperar para tener eso que tanto quería.

También, en este “enseñar a valorar” no hay que dejar de tener en cuenta los regalos de familiares, amigos, etc. Que los chicos puedan apreciar lo que otro les da, que sean agradecidos con gestos de sus abuelos, tíos, etc. es parte de la tarea.

Una manera de lograrlo es ayudarlos a asociar un regalo con la persona que se lo dio a partir de frases como: “¿Vamos a ponerte las zapatillas que te regaló la tía Ana?”; “Mirá qué lindo el juguete de la abuela María!”...

Y si piden algo que uno no puede comprarles, no hay que dudar en explicarles el por qué, sin subestimar su deseo y dándoles opciones de cosas que sí sean posibles: “Yo entiendo que tengas muchas ganas de tener este regalo, pero sale mucho dinero y papá y mamá no pueden comprártelo ahora; tal vez más adelante sí, pero ahora podemos comprarte esto, o esto que también te gusta…” En esos casos, si se trata de algo que desean mucho, también está la opción de hacer una “vaquita” con familiares y regalarles entre todos lo que tanto quieren.

Un juguete, una prenda o un adorno son objetos, pero el deseo del que los quiere y el cariño con el que uno los regala lo convierten en algo más, y es ese “algo más” lo que los chicos aprenderán a valorar, si les damos las herramientas para lograrlo.


Asesoró: Lic. Alejandra Libenson, psicóloga y psicopedagoga,
autora de Criando hijos, creando personas y Los nuevos padres

Niños Crianza y familia Psicología del niño y la familia