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Un hijo con necesidades diferentes

El vínculo temprano puede dificultarse si los papás no logran elaborar las emociones intensas que este hijo despierta. La elaboración de las mismas les permitirá ir comprendiendo conductas atípicas e ir encontrando otros canales de comunicación.

Un hijo con necesidades diferentes
Una mirada diferente
Una propuesta diferente

El vínculo temprano puede dificultarse si los papás no logran elaborar las emociones intensas que este hijo despierta. La elaboración de las mismas les permitirá ir comprendiendo conductas atípicas e ir encontrando otros canales de comunicación.

Desde que nace el niño percibe la actitud afectiva que se expresa a través de los gestos faciales, vocales, corporales de la otra persona y reacciona a ella. Es a partir de allí que se establece la comunicación, cuyo objetivo concierne directa y principalmente a los dos miembros de la díada progenitor-hijo. Además, lo que se transmite de uno a otro está fundamentalmente representado por los afectos de cada miembro del par en cada instante de la interacción. Las modalidades de comunicación empleadas por ellos (la mirada, la voz, el contacto de la piel, las posturas y otras) son mucho más aptas para comunicar el afecto y el estado emocional de cada uno, que las representaciones , los pensamientos y el lenguaje. El lenguaje como estructura puede tener un origen innato, pero su uso implica la consideración del otro como sujeto pensante, con creencias e intenciones que deberán ser tenidas en cuenta para poder establecer la comunicación.

Pero: ¿Qué ocurre cuando el niño no puede generar las conductas esperables para establecer la comunicación?

¿Qué pasa con la comunicación cuando los papás no "pueden" decodificar esas conductas diferentes y atípicas?

Un hijo con capacidades diferentes despierta y moviliza ansiedades y emociones muy intensas en los padres y el núcleo familiar.

El drama que se despliega en el inconsciente de los padres tiene que ver fundamentalmente con la aceptación y el rechazo que este hijo provoca, pero a su vez los enfrenta a uno de los más grandes desafíos.

Es indispensable trabajar con los padres sobre estas emociones ya que, de la posible elaboración de las mismas depende en gran medida el futuro crecimiento y la evolución del niño.

La propuesta terapéutica en el trabajo con estos padres estaría centrada en la mirada puesta en estos niños. Puedo mirar a este niño con una mirada frustrada, triste, rechazante o apenada. Con mi mirada le digo: "Sos diferente". De este modo el niño crecerá identificándose con nuestra mirada de rechazo. O puedo mirar a este hijo con una mirada de mayor comprensión, de tolerancia, de apoyo, ayudándolo a crecer dentro de sus posibilidades y a convivir con sus limitaciones.

Es decir que si yo padre puedo:

  • Crecer en el dolor de haber tenido un hijo discapacitado.
  • Tolerar internamente las emociones más extremas que él me va despertando.
  • Encontrar modos alternativos para establecer un código de comunicación con él.
  • Vivir la discapacidad de mi hijo como un gran desafío, este niño se podrá identificar con mis posibilidades de crecimiento. 

Es así como podrá crecer y evolucionar a sus ritmos y a sus tiempos, aprendiendo, a través de mi mirada tolerante y esperanzada, a convivir con su discapacidad.

Siendo mucho más tolerante y bondadoso consigo mismo aprenderá a encontrar soluciones más creativas integrando su discapacidad a su vida emocional.

La clave quizás está en que podamos meternos en este mundo diferente y comenzar a hablar más su idioma, que por ser diferente, no deja de ser un idioma humano.

Por lo tanto, introducirnos en su mundo implica comprender las conductas quizás atípicas para poder ir dándoles un significado. Esto resulta a veces sumamente dificultoso y es entonces donde se comienza a correr el riesgo de que el vínculo temprano se debilite o se dificulte. Si los padres pueden ir elaborando sus ansiedades podrán ir encontrando otros canales para la comunicación, comprendiendo que una mirada, un parpadeo, un leve gesto, o un cambio en el tono postural están indicando algo. A su vez ellos podrán ir transmitiendo de este modo los afectos y los propios estados emocionales, restableciéndose así este vínculo primario fundamental para la comunicación.
 

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