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Un menú fácil y económico para recibir invitados

Cuando tenés ganas de invitar amigos o cuando surge algún compromiso laboral y tenés que recibir en tu casa, el menú siempre es una incógnita: ¿qué preparar, para no trabajar demasiado ni gastar más de la cuenta? Aquí, un modelo de menú para quedar bien y sobrevivir al evento.

Recibir en casa parece sencillo, pero no lo es, ya que hay miles de detalles a tener en cuenta: que la casa esté impecable (limpia y ordenada), que las toallas del baño estén recién puestas, que haya papel higiénico, que suene una música suave, que los niños estén bañados y cambiados para cuando lleguen los invitados (o ubicados en la casa de alguna abuela), que el pan esté comprado, que la comida esté encaminada, que la mesa esté puesta… y que los dueños de casa no estén agotados y completamente desaliñados por el esfuerzo que requirió todo lo anterior.

Por eso, para llegar descansados, para no correr y también para no gastar más de más, lo importante es ser previsor y no dejar todo para último momento: las compras se hacen el día anterior, igual que la limpieza más profunda –si se cuenta con ayuda, hay que aprovecharla especialmente ese día-. Si el evento es un sábado, conviene bañar a los chicos a la mañana y ese día no llevarlos a la plaza: pueden jugar en casa o a lo sumo ir a un cine con uno de los padres mientras el otro se queda preparando la comida.

El siguiente es un menú fácil que puede repetirse cambiando los ingredientes pero sosteniendo sus tres pilares: la ensalada de entrada, la fuente de pastas de plato principal y el triffle de postre, pero hay que tener en cuenta que hoy se estila, en las comidas informales, que cada invitado aporte algo, de modo que, si lo ofrecen, se les puede encargar a unos la bebida y a otros el postre y dedicarse a lo demás, que no es poco:
 

  • La ensalada: Hay que tenerla lista y condimentarla a último momento. Los ingredientes quedan librados al presupuesto de cada casa y a la imaginación de sus dueños. Algunas sugerencias: la base del plato se puede armar con hojas verdes (radicheta, berro, variedad de lechugas, etc.), a las que se les suman uno o más ingredientes. Por ejemplo: nueces tostadas con sal, trocitos de queso (roquefort, brie, gruyere, mozzarella, etc.), cubitos de pan tostado y/o de panceta crujiente, algún pescado (atún, salmón, etc.), trocitos de pollo saltados en oliva,  “rulos” de jamón crudo (con dos “rulos” por plato es suficiente”), peras caramelizadas en manteca y azúcar (o peras u orejones de durazno), etc.
  • La pasta: Conviene elegir alguna pasta rellena para servir gratinada al horno. De ese modo, se hierve con anticipación (incluso el día anterior), se lavan las ollas, se coloca en una fuente con un chorrito de aceite para que no se pegue y se tapa con papel de aluminio para que no se seque. Cuando llega el momento, se cubre con la salsa (que puede ser una simple crema con champiñones rehogaditos en manteca o alguna de las riquísimas que se venden en cartoncito), se espolvorea con queso rallado y se gratina a horno fuerte. (Si los invitados vuelven y no se quiere repetir la pasta, se puede hacer un pollo al horno frotado con hierbas acompañado de una fuente repleta de vegetales variados cortados finitos que se cocina al mismo tiempo que el pollo, tapada con papel de aluminio).
  • El triffle: Unos vasos transparentes pueden ser la base para este postre, en el que se trata de armar “capas” con los ingredientes que se tengan a mano. Se compran con anticipación y, en el momento del postre, se arman rapidísimo. Algunas combinaciones de “capas” pueden ser las siguientes:


1.    Una bocha de helado de chocolate en el fondo de la copa, una capa de copos de maíz dulces sabor chocolate, una cucharada de dulce de leche, una capa de merenguitos rotos y un par de frutillas fileteadas. Unos hilos de chocolate derretido pueden dar el toque final y siempre se puede simplificar usando la salsa de chocolate que venden en todos los supermercados.

2.    Un copo de crema batida, una capa de duraznos en almíbar, unas nueces picadas, vainillas trituradas, un chorrito de algún licor y un poco más de crema y nueces para decorar.

3.    Un brownie desmenuzado en el fondo, una bocha de helado de dulce de leche, una banana cortada en rodajitas y un copete de dulce de leche natural. Se puede espolvorear con cacao.

Atención: un detalle fundamental es el de no repetir ingredientes: por ejemplo, si se eligió peras para la ensalada, el triffle no puede contener la misma fruta; o si se sirvió pollo con la entrada, comprar una pasta rellena de ricota o verdura, pero no de pollo.

Con estas opciones se puede recibir en casa sin gastar demasiado y sin llegar agotados por el esfuerzo, dispuestos a disfrutar de una cena con amigos. Y si el presupuesto lo resiste, recibirlos con una copa de champagne es una forma de darles una bienvenida especial.

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