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Los beneficios de las lámparas de bajo consumo

Las lámparas de bajo consumo, que llegaron para quedarse y reemplazar a las tan conocidas lamparitas incandescentes, tienen beneficios más allá de la economía familiar, relacionados con el cuidado del medio ambiente.

A pesar de ser más costosas a la hora de comprarlas, las lámparas de bajo consumo, que reemplazarán a las incandescentes a partir del 1 de junio, tienen una vida útil más larga que las conocidas lamparitas, consumen menos energía y además vienen en tonos cálidos y no sólo fríos como en un principio.
 
Su utilización en todo el país tiene que ver con la necesidad de ahorrar recursos energéticos, ya que este tipo de lámparas utilizan entre cuatro a cinco veces menos de energía eléctrica que una lámpara incandescente de igual luminosidad, y duran ocho veces más.

En comparación con las incandescentes, las de bajo consumo, llamadas Lámparas Fluorescentes Compactas (LFC), necesitan menos unidades de Watts (potencia de la lámpara que se traduce en consumo energético) para generar la misma luz. Por ejemplo, una lámpara incandescente de 60W equivale a una LFC de 11W, una incandescente de 100W a una LFC de 20W, etc.

Otra buena noticia es que este ahorro energético viene de la mano de una reducción del uso de fuentes contaminantes y caras, como los combustibles fósiles y las plantas nucleares, utilizadas para la generación de energía eléctrica.


Ahorro en la economía del hogar


Si bien el costo de una lámpara de bajo consumo es mayor con respecto al de una incandescente, su eficacia no tarda en verse reflejada en la boleta de luz.

Por ejemplo, si se compara el consumo anual de una lamparita incandescente de 100W con el de una LFC de 20W -que da la misma luminosidad- se obtiene una gran diferencia:

  • Lámpara incandescente de 100W: encendida durante 5 horas diarias los 365 días del año, da un total de 182.500 W
  • LFC de 20W: encendida durante 5 horas diarias los 365 días del año, da un total de 36.500 W


Entonces, suponiendo que el kW (1kW = 1000W) cuesta $0,043 por hora, el uso de una lámpara incandescente significaría un gasto anual de $ 7,84.-, mientras que el de una LFC significaría un gasto anual de $ 1,57.-

Esto demuestra que el ahorro de energía y de dinero es significativo con la utilización de lámparas de bajo consumo. Para optimizarlo, se recomienda adoptar algunas “sanas” costumbres:

  • Apagar las luces que no se utilizan
  • Pintar con colores claros el techo y las paredes para aprovechar mejor la luz natural
  • Usar detectores de presencia donde sea necesario para que las luces se apaguen cuando no haya nadie
  • Utilizar reguladores de intensidad que, además de ahorrar energía, sirven para generar un clima distinto en cada espacio



Fuentes consultadas: Secretaría de Energía de la Nación
y Greenpeace argentina