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¿Cómo cultivar plantas frutales en macetas?

Un balcón o una terraza son suficientes para tener frutas frescas y disfrutar del placer de cosecharlas uno mismo. Las variedades enanas son las más adecuadas y es posible tener naranjos, limoneros, plantas de quinotos y hasta una higuera.

El sueño del limonero propio no tiene por qué verse coartado por vivir en una gran ciudad, ya que basta con un balcón, un patio o una terraza para poder cultivar árboles frutales.

Una gran maceta es el lugar ideal para plantar cualquiera de los frutales más comunes (naranjo, limonero, quinotero, higuera, etc.). Además, los cítricos, como el naranjo o el limonero, plantados en macetas grandes y vistosas aportan un toque de color y se transforman en un elemento más de la decoración del balcón o de la terraza. Y en primavera, cuando empiezan a brotar las flores, al colorido se le suma el perfume que aportan.

Entre los naranjos, existen distintas variedades que son ideales para cultivar en maceta:

  • Citrus mitis "Bunge": Es un pequeño árbol de copa densa, con tendencia a la verticalidad, inerme o con cortas espinas. Sus hojas son pequeñas y elípticas y no necesita poda de mantenimiento.
  • Citrus aurantium "Bouquet": Tiene un denso follaje verde oscuro que contrasta con el color de sus frutos y flores, lo que lo hace sumamente vistoso. Se caracteriza por tener frutos amargos y hojas puntiagudas. 
  • Citrus sinensis "Navelina": Es un árbol pequeño, de forma muy redondeada, con muy pocas espinas, follaje denso, hojas muy pequeñas y alargadas. Sus frutos son dulces.

Para que los árboles frutales crezcan sanos y produzcan buenos frutos, necesitan una serie de cuidados básicos:

La maceta en la que se coloquen debe ser grande, profunda y con buen drenaje, porque aunque se trate de árboles pequeños, necesitan espacio para poder dar frutos. Además, la tierra que se coloque debe ser de muy buena calidad. El abono para enriquecer la tierra debe estar presente todo el año: en verano hay que elegir productos ricos en nitrógeno y en invierno deben tener microelementos, como hierro, magnesio, zinc y potasio para evitar que la fruta se desprenda del árbol antes de estar madura.

Como los frutales no son resistentes a las heladas, durante el invierno es preferible tener al frutal en el interior, con una temperatura de entre 15 y 18ºC. Por eso, ubicar la maceta sobre un soporte con ruedas sería lo más adecuado para facilitar el traslado.

El riego debe ser abundante desde la primavera al otoño, pero moderado en invierno y conviene rociar las hojas y las ramas con cierta frecuencia.

Los frutales soportan el sol directo y el sitio ideal para ubicar las plantas es en un lugar claro y soleado.

Y aunque los cítricos no requieren una poda regular, hay que conservar la forma de los árboles plantados en maceta y por eso conviene cortar los brotes nuevos a principio de la primavera, para que crezcan más frondosos.