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¿Cómo explicarles el conflicto Israel – Palestina a los chicos?

Las imágenes, los sonidos y las palabras que describen la guerra salen por la tele a toda hora. Las fotos de diarios y los comentarios de los adultos pueden disparar preguntas en los chicos que dejan a los grandes sin saber qué decir.

El conflicto palestino – israelí es, sin duda, un tema complicado en el que confluyen cuestiones históricas, geopolíticas, económicas y religiosas para empezar a nombrar sólo algunas. Y hay que reconocer que no todos los adultos son –ni siquiera- buenos conocedores de la situación en Oriente Medio.

¿Qué hacer, entonces, cuando los chicos sacan el tema, sin haberles mandado un telegrama de preaviso a los padres?

Hay varias cuestiones que son fundamentales:

  • En primer lugar, como adultos y como ciudadanos del mundo, deberíamos plantearnos estas preguntas mucho antes de tener que enfrentarnos a los chicos: leer, informarnos, escuchar todas las “campanas”, mirar mapas, entender y llegar a asumir una postura con respecto al tema.
  • La edad de los chicos: según su nivel de comprensión y según el tipo de preguntas que traigan, el diálogo será diferente. No es lo mismo un adolescente que ve noticieros que un chico de seis que escuchó hablar a unos amigos sobre la guerra.
  • Al hablar con los chicos, es importante no ponerse en una actitud de “bajada de línea”: conviene escaparle a los lugares comunes, al discursito pre-armado y políticamente correcto que no cambia nada y dejar que sean ellos los que vayan encontrando y elaborando las respuestas a sus propias preguntas.

Devolver la pregunta es básico y bien se les puede pedir prestada a los psicólogos la famosa frase “¿Y a vos qué te parece?”.

Conversar con los chicos para ver cuánto saben del tema, para buscar información juntos, para marcar la zona en un mapa, para preguntarles de dónde salen sus inquietudes, para saber qué dicen sus amigos o si vieron algo en la televisión –hay que tener en cuenta que los noticieros no son el mejor programa para los más chicos-, es una idea mucho mejor que ponerse a dar un discurso como si el niño hubiera apretado “play” en el adulto.

Otra cuestión importantísima es saber con qué chicos estamos hablando, porque el conflicto en la Franja de Gaza no será igual para un chico de Buenos Aires que para uno que viva en Oriente Medio, para quien viva lejos de allí pero tenga familiares o amigos en la zona del conflicto o para los mismos chicos que, día a día, buscan refugio de las bombas.

Cada familia encontrará sus respuestas, partiendo de la palabra del niño y tratando, siempre, de correrlo del lugar del miedo, pensando si la información que se le brinda lo ayuda o no.

Y como en toda lucha entre dos partes, habrá que tratar de analizar, dentro de lo posible, los intereses de cada una, las acciones que llevó adelante, cómo se fue desarrollando la historia e investigando con los chicos en función de lo que sus edades y sus capacidades de comprensión permitan para alejarse de la ficción donde hay héroes y villanos para poder empezar a ver lo positivo y lo negativo en cada uno de los actores de este conflicto que tantas vidas está costando.

 

 

Psicología del niño y la familia