Pasar al contenido principal

Día Mundial de la Salud 2016: ¡Ganale a la Diabetes!

Este Día Mundial de la Salud pone en relieve a la Diabetes, una enfermedad que está creciendo a nivel mundial y que puede prevenirse con un estilo de vida saludable y controlarse para evitar sus efectos colaterales.

La diabetes es una enfermedad seria y crónica que se da cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no puede utilizar eficazmente la insulina que produce. Más de 382 millones de personas viven con diabetes en el mundo y la mitad están sin diagnosticar. Como se trata de una enfermedad que fue creciendo, la Organización Mundial de la Salud la eligió como tema para este Día Mundial de la Salud.

Hay tres tipos principales de diabetes: diabetes tipo 1, que es la más frecuente entre los niños y adolescentes; la diabetes tipo 2, que es la más frecuente entre los adultos y está ligada a la obesidad o el sobrepeso, la falta de actividad física y mala nutrición; y la diabetes gestacional que es una complicación del embarazo que afecta a un 10 por ciento, aproximadamente, de los embarazos a nivel mundial.

Si no se controla, la diabetes puede llevar a complicaciones graves como:

  • Enfermedades Cardiovasculares
  • Neuropatía
  • Retinopatia o ceguera
  • Enfermedad renal crónica
  • Enfermedad vascular periférica y amputaciones de miembros inferiores


Los factores de riesgo más comunes son:

  • Sobrepeso y obesidad
  • Inactividad física
  • Historia familiar
  • Presión arterial alta
  • Colesterol o triglicéridos elevados
  • Tabaco
  • Alcohol


Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 se caracteriza por una producción insuficiente de insulina por el organismo. Las personas con diabetes tipo 1 requieren la administración diaria de insulina para regular el nivel de glucosa en su sangre. Sin acceso a la insulina no pueden sobrevivir.

Es más frecuente en los niños y adolescentes, aunque puede presentarse a cualquier edad. Del número total de personas con diabetes, menos del 10% corresponden al tipo 1.

Se desconoce la causa de la diabetes tipo 1 y no existe el conocimiento necesario para prevenirlo.

Los síntomas puede ser:

  • Excesivas ganas de orinar y excesiva sed
  • Sensación de hambre constante
  • Pérdida de peso
  • Cambios en la visión
  • Fatiga


Diabetes Tipo 2

La diabetes tipo 2 resulta de la incapacidad del organismo para responder o utilizar de forma efectiva a la insulina. Es el tipo más frecuente: afecta más del 90% de las personas con diabetes en el mundo. El sobrepeso y la obesidad son los principales factores de riesgo asociados con la diabetes tipo 2.

Las personas con diabetes tipo 2 pueden presentar los mismos síntomas con menor intensidad, o incluso no presentarlos. Debido a ello, la enfermedad puede pasar desapercibida y sin diagnosticar durante muchos años, hasta que las complicaciones aparecen.

Durante muchos años, la diabetes tipo 2 sólo afectaba a los adultos, pero ha empezado a diagnosticarse en niños.

Las personas pueden reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 manteniendo un peso saludable, haciendo actividad física y llevando una dieta sana:

- Eligiendo agua, o café o té sin azúcar en lugar de jugo de fruta, refrescos u otras bebidas azucaradas.

- Comiendo al menos 3 porciones de vegetales al día, que incluyan verduras de hojas verdes como espinaca, lechuga, etc.

- Comiendo hasta 3 porciones de fruta fresca al día.

- Eligiendo frutas secas, una porción de fruta fresca o yogur sin azúcar para comer entre horas.

- Limitando la ingesta de alcohol a un máximo de 2 bebidas estándar al día.

- Eligiendo cortes magros de carne blanca, aves y pescado en lugar de carnes procesadas o rojas.

- Eligiendo pan integral en lugar de pan blanco, arroz integral en lugar de arroz blanco y pasta integral en lugar de pasta refinada.

- Eligiendo grasas insaturadas (aceite de oliva, aceite de maíz o aceite de girasol) en lugar de grasas saturadas (manteca, grasas animales, etc.).


Estas recomendaciones también ayudan a las personas con diabetes a lograr un control estable.


Diabetes Gestacional


La diabetes gestacional es una condición temporal que eleva el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a largo plazo. Aparece durante el embarazo cuando los niveles de glucosa en sangre están por encima de lo normal, pero aún son inferiores al diagnóstico de diabetes. Las mujeres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de tener complicaciones durante el embarazo y el parto. Se diagnostica a través de pruebas prenatales del nivel de glucosa en sangre, más que porque la paciente presente síntomas.


Deterioro de la tolerancia a la glucosa


El deterioro de la tolerancia a la glucosa y la alteración de la glicemia en ayunas son estadíos intermedios en la transición entre los niveles normales de glucosa en sangre y la diabetes. Las personas que lo presentan tienen un mayor riesgo de infarto y accidentes cerebrovasculares, y tienen el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, aunque no siempre ocurre.

¿Qué riesgos entraña para los niños la diabetes?
La frecuencia de la diabetes está aumentando en todo el mundo, y los estudios muestran que también crece el riesgo de que la padezcan los niños. No se conocen bien las razones de ese aumento. Con el paso del tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, hasta causar la aparición de problemas crónicos y provocar una muerte prematura.

En muchos países se está constatando un aumento del diagnóstico de casos de diabetes de tipo 1, en particular entre los niños más jóvenes. Curiosamente, algunas pautas de morbilidad recuerdan las epidemias de enfermedades infecciosas. No se conoce en la actualidad el modo de prevenir la diabetes de tipo 1.

En cuanto a la diabetes tipo 2, recientemente se ha constatado un aumento del número de casos notificados entre los niños y los adolescentes, hasta el punto de que en algunas partes del mundo la diabetes de tipo 2 es el que más abunda entre los niños.

Existe un sentimiento generalizado de que el aumento mundial de la obesidad y de la inactividad física en la infancia está desempeñando un papel decisivo en ello.

Alimentarse de modo sano y adoptar unos hábitos de vida saludables constituyen una fuerte defensa frente a la enfermedad.


Fuente: Organización Mundial de la Salud

Salud