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El romance en la era cibernética

El trabajo, la facultad, un amigo de amigos, las posibilidades de conocer a alguien antes no eran pocas. Sin embargo, en la actualidad hay una red inmensa que permite e incentiva el contacto de personas desconocidas, ofreciendo servicios para reunir a las más compatibles.

El fenómeno de Internet ya no es novedad, una herramienta masiva que no deja de sorprender con sus avances tecnológicos diarios y sus invenciones que llegan a asombrar sobre todo a las mentes más avejentadas que no logran comprender esto que comenzó como una diversión y hoy es claramente una necesidad.


El marketing del amor


Y como el amor también sirve para comercializar, no faltó quien dé el primer paso para convertir esta herramienta comunicacional en un burdel moderno y aggiornado para la ocasión.


Facebook, Messenger, My Space, twitter, Web Cam, Micrófono, páginas y accesorios tecnológicos, se combinan a la perfección para generar la ilusión de que el contacto con el otro es similar al “cara a cara”. Estas herramientas producen la fantasía de un acercamiento, aunque las miradas, los gestos, el aroma, el tacto, esos factores tan significativos en el momento del enamoramiento, pasan a un segundo plano.

En una sociedad donde la soledad es sinónimo de angustia, jóvenes y adultos se lanzaron a esta aventura amorosa para conseguir a la media naranja, pero sin salir de casa. Y aunque esta herramienta resulte infalible para los más tímidos, también lo es para quienes pretenden exagerar o modificar la realidad para ser destacados a los ojos del hipotético amor.

Este juego oculto de mostrarse y no mostrarse, o exhibir sólo lo que uno decide, comienza a ser perjudicial cuando esta herramienta logra reemplazar el contacto humano, todo depende de las características de la persona que la utiliza, de qué forma lo hace y qué beneficio obtiene.

¿Qué esconden?

Al analizar esta nueva forma del amor, la pregunta llega al unísono: ¿qué ocultan los cibernautas? ¿por qué recurren a esta herramienta en vez de salir a conocer gente? Los motivos son muchos y muy variados. La inseguridad es, probablemente, uno de los factores principales. Y es que verse o sentirse mal con uno mismo no se puede ocultar cara a cara con otra persona, pero tal vez sí por medio del Chat.

La ausencia del cuerpo constituye un elemento de discordia, donde el amor y el ciberamor están separados por una delgada línea. El foco de atención es el contenido del otro, y todo lo que uno pueda descubrir por este medio reemplaza lo que no ve: redacción, contenido, faltas de ortografía, tiempo de respuesta. Estos detalles se transforman en armas de seducción – como sería una mirada en un bar -. Los objetivos son los mismos: conocer a alguien a quien querer y que te quiera como sos.     

Es ahí donde nacen las controversias: citas a ciegas, mentiras, infidelidades, decepciones; o todo lo contrario: sorpresa, compatibilidad, relación, amor. No hay que ser experto en la materia para poder contactar gente en la web, infinidad de páginas y salas de Chat son preparadas especialmente para unir a personas que no se conocen pero buscan algo en común.

       
Buscando pareja por la web

Entre las razones por las cuales la gente recurre a estos métodos impensados en la antigüedad, se destacan dos: por un lado la falta de tiempo, el hecho de vivir siempre apurado lleva a que más de uno aproveche un ámbito laboral o una noche de descanso en casa para hacer sociales. Por otro, genera menos esfuerzo que el hecho de salir: bañarse, vestirse, arreglarse y mostrar el deseo de conocer a alguien, es una actividad a la que muchos no se animan.

Sin embargo, hay que prestar mucha atención a que, lejos de la diversión y de algunas mentiritas piadosas para hacer más interesante la “cyber cita”, no faltan quienes utilizan la información reunida con malas intenciones. Por eso hay que tener mucho cuidado de los datos que se dan a través de la web.
 
Teniendo en cuenta ese dato fundamental, es hora de abrirle las puertas a la tecnología y dejarse envolver por este cyber romance que ya presume varias parejas en su haber. Porque ahora que las herramientas sobran, la soledad es elección!


Asesoró: Lic. Alejandra Libenson, Psicopedagoga, Psicóloga, especialista
en crianza y vínculos. Autora del libro: Criando hijos, creando personas.