Advierten que el uso del celular podría provocar cáncer

A raíz de distintas investigaciones que se vienen realizando durante los últimos años, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinó que el uso de los celulares puede llegar a implicar un riesgo de glioma -un tipo de cáncer del sistema nervioso central- en los usuarios más frecuentes (aquellos que utilizaron el celular al menos treinta minutos por día en un período de diez años).

A partir de esta evidencia, los celulares entraron en la categoría de riesgo de la IARC 2B, es decir que son señalados como “posibles” agentes causantes de cáncer. Este tipo de categoría es una de las utilizadas por la IARC para identificar los factores medioambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer en seres humanos, entre los que se cuentan sustancias químicas, exposiciones laborales y agentes físicos y biológicos, entre otros.

También están la categoría 1, que incluye aquellos agentes que sí provocan cáncer, como el tabaco, y la 3, en la que se encuentran los agentes que demostraron no causar cáncer.

A partir de la hipótesis de la IARC, que aún requiere de más investigaciones, la propuesta es limitar el uso de los celulares y llevar a cabo otras acciones para minimizar la exposición a las ondas que emiten estos aparatos, señaladas como “posibles agentes cancerígenos”:

• Evitar que niños y adolescentes usen celulares, teniendo en cuenta que su cerebro se encuentra en formación
• Elegir el teléfono fijo como primera opción
• Usar el dispositivo de manos libres para hablar
• Tratar de tener el aparato lejos del cuerpo y la cabeza 
• Optar por mensajes de texto en lugar de llamados para mantener el aparato lo más lejos de la cabeza posible

Más allá de la posible relación entre el uso de celulares y el cáncer cerebral, desde el Instituto Nacional del Cáncer (INC) sugirieron no entrar en pánico y sí, en cambio, evitar el consumo y la exposición a otros agentes que han demostrado ser cancerígenos, como por ejemplo el tabaco.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer