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Parásitos en los niños

¿Qué son los parásitos? ¿Cuáles son los síntomas más característicos? ¿Qué tengo que hacer si mi hijo tiene parásitos?

Los virus, las bacterias, los hongos y los parásitos forman el conjunto de “bichitos” que pueden producir enfermedades en los chicos. Al decir “pueden” significa que aún estando dentro del cuerpo, no siempre producen enfermedades, especialmente en el caso de los parásitos, que pueden convivir con el cuerpo durante mucho tiempo y no dar ningún tipo de manifestaciones.

Pero, ¿cuáles son los parásitos más comunes y qué síntomas producen cuando comienzan a manifestarse?:

Son muchísimos los síntomas que pueden dar los parásitos. Algunos son comunes a todas las especies en general: inquietud casi incontrolable que se exacerba por las noches, es muy frecuente el bruxismo (rechinar de dientes), la intensa picazón nasal y también anal, el dolor de panza, la inapetencia y la aparición de manchitas blancas en la piel. Otros síntomas son característicos a cada tipo en particular.

Bichitos blancos en la caca: se ven como restos de hilitos de coser de color blanco, y en la mayoría de los casos se los puede ver moviéndose en la materia fecal. Estos son los oxiurus vermicularis, cuando se presentan en su forma adulta pueden medir hasta 10  milímetros de largo, se distinguen a simple vista y se reproducen a través de huevos microscópicos, que se eliminan por millones en la materia fecal del chico. La cadena de contagios se inicia cuando por algún descuido entra en contacto con la boca de otro chico. También son fuente de contagio los animales domésticos, las heces del perro y del gato pueden contaminar la tierra y las plantas. Típicamente producen intensísimo picazón anal y nasal, como así también la mayoría de los síntomas  mencionados. Se combaten muy fácilmente con medicación, es muy efectiva y fácil de administrar (3 días), pero se recontagian con mucha facilidad.

Diarrea durante un tiempo prolongado: otro de los parásitos que puede dar problemas en los chicos es la giardia lambia. No se observa a simple vista, solo mide unos pocos micrones (es necesario el microscopio) y se contagia como los oxiuros. Produce algunos síntomas similares y otros distintos como la diarrea prolongada. El chico baja de peso, los parásitos se “pegotean entre sí” formando una especie de malla o red que interfiere en la absorción de los alimentos. Las deposiciones son abundantes, claras y muy fétidas. El tratamiento es más complicado (21 días)  pero la mejoría es rápida y notoria.

Un parásito con forma de “fideo largo”: Mucho menos común, pero más sorprendente, es el áscaris lumbricoides. Es un parásito intestinal que en su forma adulta tiene la forma y el tamaño de un “spaguetti” y …¡se elimina por la cola cómo tal!!. (de hecho las mamás lo encuentran “nadando” en el inodoro). Produce síntomas similares a los oxiurus, pero puede ocasionalmente dar manifestaciones respiratorias.

 

Examen parasitológico


Existen dos vías para de detectar parásitos en los chicos: distinguirlos a simple vista en las cacas  (oxiurus y  áscaris) o cuando no se los ve, mediante análisis. Es necesario juntar varias muestras de materia fecal diarias durante una semana, para luego procesarlas y estudiarlas. No siempre los resultados del laboratorio son fidedignos, en el 30 a 40 % de los casos de chicos parasitados, pueden dar negativos (falso negativo).

 

¿Qué hacer?   

 

  • Si bien las infecciones parasitarias son muy frecuentes, no hay que atribuirles a estos bichitos la causalidad de síntomas que pueden originarse por otras cuestiones.
  • Hay que confiar a medias en los resultados de los análisis de laboratorio y considerar la posibilidad de realizar el tratamiento cuando los síntomas son muy evidentes.
  • Si bien las medidas de higiene pueden disminuir los contagios, hay que aceptar que todos los chicos pueden parasitarse, y presentar síntomas, que con tratamiento se pueden controlar.
  • Como las heces y las manos son vías de transmisión de los parásitos, es importante que chicos y grandes se laven las manos con agua y jabón, fundamentalmente después de ir al baño y antes de comer. Además, el agua no potable, las verduras crudas o las frutas mal lavadas pueden transmitirlos, entonces hay que lavar bien los alimentos y evitar el agua de la canilla en caso de viajar a regiones o países que no cuenten con redes de agua potable. 

 

Fuente: Pediatría Palermo

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