Levadura: panificados para poner las manos en la masa

A los chicos les fascina amasar y los maravilla ver “crecer” el bollo, pero mucha gente, incluso la que cocina bastante, le tiene “miedo” a la levadura. Hay algo ahí que parece misterioso y difícil de controlar, por lo que el temor a que la preparación salga mal los detiene. Sin embargo, las masas con levadura son riquísimas y muy rendidoras. Entonces, ¿por qué no amasar en familia?

Es muy interesante contarles a los chicos que la levadura es un organismo vivo (mejor no les digamos que es un hongo, porque por ahí después no comen más pan!) que está “dormido” o latente y que para despertarlo y que haga su trabajo de hacer crecer la masa necesita ciertas condiciones: un medio tibio (por eso usamos agua o leche tibia, ni fría ni caliente) y alimento (azúcar o miel). Cuando se “despierta” o activa, respira, y así leuda la masa, duplicando su volumen.

La levadura se compra en “pan” (los cubitos que se venden en el supermercado, a veces en paquetitos de a dos y se pueden freezar) o en polvo (viene en sobrecitos). Hay que calcular que un sobre rinde como un pancito y que hace falta uno de los dos para 1 kilo de harina. Por otro lado, usando levadura, con 1 kilo de harina podés obtener 2 kilos de pan o 5 docenas de facturas.

Y si de incorporar panificados se trata, tené en cuenta que, sin abusar, la harina es un excelente alimento que, además, viene por ley enriquecido con hierro, ácido fólico, tiamina, riboflavina y niacina para la prevención de las anemias y las malformaciones del tubo neural, tales como la anencefalia y la espina bífida. Todos, aportes fundamentales antes y durante el embarazo, así como durante el período de lactancia.

Por todos estos beneficios, te proponemos recetas que incluyen harina y levadura entre sus ingredientes:

Pizza casera: salen cuatro “media masa” o cinco finitas. Hacelas al gusto de tu familia. Ideal para hacer “pizza party” en los cumpleaños!. Ver receta

Facturas económicas: cinco docenas con un kilo de harina. Nada mal, no? La decoración y los rellenos… ¡en manos de los chicos!. Ver receta

Pan familiar: gastando menos de lo que sale un pan lactal preparás tres barras de pan casero. Además, es un excelente alimento para darle a los bebés a partir de los siete meses, cuando ya pueden incorporar gluten. Ver receta

Pletzalej: estos deliciosos pancitos típicos de la cocina judía pueden rellenarse y son una excelente idea para mandarles a los chicos a la escuela o para incluir en el menú de un cumpleaños. Ver receta